¿Cuántas veces has sentido en el estómago que algo no va bien y, aun así, sigues adelante?

Spóiler: La intuición es poderosa, pero pocos emprendedores saben escucharla.

Recientemente, me topé con “Senna”, la miniserie de Netflix que narra la vida del mítico piloto brasileño Ayrton Senna. Su talento, humanidad y tragedia dejaron lecciones que, si las miras con atención, aplican perfectamente al mundo del emprendimiento.

La foto la ha hecho Midjourney que no quiero líos con los derechos de autor 🙂

El día en que Senna ignoró su instinto

En 1994, en el circuito de Ímola, todo indicaba que no debía correr. El asfalto era un desastre, Roland Ratzenberger había muerto el día anterior y Rubens Barrichello había sufrido un accidente grave. Senna sabía que algo iba mal. Lo sintió. Pero se subió al coche. Corrió con el propósito de ganar esa carrera para dedicársela a su compañero fallecido, y el desenlace fue fatídico. Su muerte hizo reflexionar a todo el mundo del automovilismo, provocando un cambio radical en las normas de seguridad.

La intuición y el corazón en el emprendimiento

En el emprendimiento ocurre lo mismo:

  • Nos subimos a proyectos cuando nuestro estómago nos grita que no.
  • Ignoramos nuestra intuición porque nos empuja la presión exterior, las expectativas o el ego.

Senna no solo corría rápido, vivía con humanidad. La escena real de él bajándose del coche en plena carrera para socorrer a un compañero lo resume todo: sabía cuándo parar y ayudar a los demás.

Lecciones del emprendimiento a lo Senna

Escucha tu intuición.
Tu instinto no es irracional. Es un sistema de alerta que combina tu experiencia y valores. Aprende a parar y analizar.

No corras carreras que no son tuyas.
No todas las oportunidades merecen tu tiempo o tu energía. La intuición también sirve para filtrar lo que no aporta.

Juega solo cuando el propósito lo merece.
Hay momentos en los que merece la pena arriesgarlo todo, pero que sea por un objetivo que realmente te importe.

Herramientas para tomar decisiones más objetivas

Escucha tu intuición.
Tu instinto no es irracional. Es un sistema de alerta que combina tu experiencia y valores. Aprende a parar y analizar.

Haz una pausa. Si algo no te cuadra, para y reflexiona. No te fuerces por la inercia.

 

 

No corras carreras que no son tuyas.
No todas las oportunidades merecen tu tiempo o tu energía. La intuición también sirve para filtrar lo que no aporta.

Ponlo en papel. Escribe lo que sientes y compáralo con datos. La emoción y la lógica no están peleadas. Busca perspectiva. Habla con un mentor o alguien de confianza. A veces no vemos con claridad cuando estamos dentro

 

 

Juega solo cuando el propósito lo merece.
Hay momentos en los que merece la pena arriesgarlo todo, pero que sea por un objetivo que realmente te importe.

Evalúa el riesgo y el propósito. Pregúntate: ¿Esto realmente importa? ¿Qué estoy dispuesto a arriesgar?

 

 

 

Equilibrio entre corazón y cabeza

Si Senna no hubiera corrido, probablemente seguiría vivo. Pero su muerte logró inspirar cambios y llevar el automovilismo a un nivel de seguridad que él mismo soñaba.

 

La lección no es jugar siempre a lo seguro, ni lanzarte a lo loco. La lección es escuchar a tu corazón y usar tu mente para tomar decisiones con propósito.

 

Hemos venido a vivir intensamente

Ayrton Senna no vivió mucho, pero vivió como quiso. Como emprendedores, no estamos aquí para correr carreras ajenas, vivir a medio gas o pasarnos la vida apagando fuegos. Estamos aquí para disfrutar, construir y crear algo que realmente nos importe.

Escucha a tu intuición, actúa con propósito y recuerda: la única carrera que importa es la que te lleva a la vida que quieres vivir.

¿Quieres descubrir cómo gestionar tus emociones y llevar tu negocio con propósito? No arranques el coche sin pinchar arriba.

Abrazo,
Josep Reyes